jueves, 12 de noviembre de 2009

Funeraria El Descanso

El aire nocturno entra por las balconadas de la casa . Algunos besos azules se dejan caer sobre la tarima centenaria con un ruidito agradable, bebo zumo de naranja, los marcos de las puertas, el alicatado de la cocina me distraen unos minutos. Sobre la mesa un catálogo de funerarias “El Descanso”, que recogí del buzón, me sirve de improvisado manuscrito, la música suave, sinuosa, Suite nº1 Romeo y Julieta, creo que es Prokofiev.
Escribo frases inconexas y entre renglón y renglón leo el folleto, la oferta del mes, es una bonita ceremonia en la que arrojan tus cenizas al mar junto con una docena de camelias.
Las frases comienzan a tomar volumen. Caen otros pocos besos azules sobre la tarima centenaria con su ruidito agradable, el aire murió, comienzo a sentir calor, bochorno. Las frases siguen arrojándose sobre el papel sepia del catálogo, otro zumo de naranja. Se para la música, dan las noticias: Hoy, asesinaron a cuatro mujeres, subió el IPC, el paro, la gasolina, la vivienda.
La música comienza a sonar de nuevo.
Devoro media tableta de chocolate sin leche, lo que escribo no me entusiasma me detengo un momento y repaso una y otra vez, las palabras parecen garabatos escupidos sobre el papel. Añado algunos párrafos cortos que me salen de carrerilla, creo que el casco viejo, de la ciudad de los puentes tristes, podría servirme de inspiración miro las notas de aquel viaje por si se me ocurre alguna cosa, rebusco, nada. Fumo, lío y vuelvo a fumar, me asomo a la ventana en la calle no se ve a nadie, creo que seguiré escribiendo en otro momento. Sí, porque no, en otro momento cualquiera.
“Funerarias El Descanso. Si te mueres llámanos, te lloramos”. Que graciosos estos de la funeraria...


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